Uno de los grandes problemas que presenta la educación en Colombia es su fragmentación, no sólo se encuentra dividida en niveles de preescolar a once, sino que adicionalmente los campos del conocimiento no se encuentran integrados, es decir, el estudiante en preescolar trabaja por dimensiones, y en primaria y bachillerato por asignaturas; en primaria tiene 7 asignaturas y en bachillerato pasa a tener hasta 15 dependiendo del plan de estudios y el énfasis de la institución educativa, adicional a ello, la convivencia y el contenido académico siempre se abordan por separado; los modelos pedagógicos trabajan en función de la adquisición de conocimiento y la aplicación de los mismos, pero la convivencia se aborda a través de talleres que generalmente están a cargo de orientación o de direcciones de curso a cargo del director de curso bajo la directriz del directivo docente. Si el papel de la institución educativa es formar integralmente al futuro bachiller o profesional ¿cómo generar un modelo de aprendizaje que articule la convivencia con la academia? 

Consecuentes con lo anterior y partiendo de que somos seres comunicativos, nuestras relaciones sociales siempre están enmarcadas por las representaciones y los imaginarios que se aprenden por la experiencia o por insight, son estos contextos cognitivos sobre los que se hace la lectura e interpretación de las múltiples situaciones simbólicas y relacionales a las que se enfrenta diariamente la persona, estas lecturas en ocasiones están mediadas por los prejuicios o estereotipos que tergiversan la realidad volviendo las relaciones subjetivas y generando conflictos trascendentales para la vida del ser humano como para construcción de comunidad. Superar estas barreras es la primera estrategia para intervenir el conflicto y construir convivencia.

Objetivos

Reflexionar sobre la forma como se debe articular la convivencia y la academia en el espacio escolar, para formar de manera integral al estudiante recociendo sus habilidades y puntos de mejora no solo en lo académico, sino igualmente en lo humano.

Comprender cómo la convivencia es un tejido social en el que intervienen los imaginarios y las representaciones, se reconocen las diferencias, se unen esfuerzos y se trabaja en equipo para consolidar una identidad institucional que trasciende en las actitudes de sus integrantes.